domingo, 15 de marzo de 2009

LOS PROCESOS COGNITIVOS Y LA COGNICION DISTRIBUIDA

La idea de que los procesos cognitivos no dependen exclusivamente de la acción de un individuo en particular, sino que se hayan influidos y potenciados por el entorno físico y social en el que éste se encuentre, es el punto de partida del enfoque de la cognición distribuida, que como ya se ha señalado, no es una concepción reciente en el ámbito de la psicología y de la ciencia cognitiva, aunque en algunas ocasiones se intente presentar como un paradigma radicalmente nuevo desarrollado a mediados de los años ochenta. Roy Pea, uno de los autores que ha desarrollado, en el último tiempo, el enfoque de la cognición distribuida, reconoce que esta forma de concebir la cognición o la inteligencia se remonta a los trabajos de Vygotsky, Luria y Leontiev, quienes consideraban que la psicología debía estudiar al ser humano en acción, interactuando con su medio y no al individuo aislado. En dicha interacción, los procesos cognitivos se distribuyen tanto en una dimensión social como material. La distribución social, considera los procesos cognitivos que resultan de las acciones emprendidas junto a otros seres humanos, como la interacción padre-hijo, profesor-alumno o la interacción grupal más amplia como la desarrollada por un equipo de trabajo o una organización empresarial. Esta dimensión social de la cognición distribuida está a la base de algunos conceptos que se han desarrollado y popularizado en el último tiempo, como la noción de CI o mente grupal La distribución material de la cognición, por otra parte, alude al uso que las personas hacemos de las características físicas de nuestro entorno y al aprovechamiento de las herramientas y artefactos que hemos diseñado con el propósito de optimizar el cumplimiento de nuestros objetivos, como una agenda, una brújula, un teléfono o un computador.
Para David Perkins, quien fue Co-director del Proyecto Zero de la Universidad de Harvard por muchos años y uno de los teóricos actuales más citados en el ámbito de la cognición distribuida, las principales ideas de este enfoque consideran que:
“1. El entorno –los recursos físicos y sociales inmediatos fuera de la persona- participa en la cognición, no sólo como fuente de entrada de información y como receptor de productos finales, sino como vehículo de pensamiento.
2. El residuo dejado por el pensamiento –lo que se aprende- subsiste no sólo en la mente del que aprende, sino también en el ordenamiento del entorno, y es genuino aprendizaje pese a eso.
Este énfasis en el carácter distribuido de la cognición, no debe soslayar el especial e importante rol que el cerebro humano desempeña en este proceso, como señala Andy Clark, pues ha sido su particular forma de operar lo que ha permitido estructurar de manera tan sofisticada nuestro entorno, a través de las formalizaciones lingüísticas, lógicas y matemáticas que constantemente usamos, así como también con los múltiples sistemas de memoria externa que la cultura ha desarrollado. Clark, sostiene que quizás el origen y desarrollo de instrumentos lingüísticos y culturales se deba a una pequeña serie de diferencias neurocognitivas, las cuales mediante un proceso de retroalimentación positiva se han potenciado y han permitido alcanzar el complejo grado de desarrollo que actualmente presenta el vivir humano.[Así, el modo particular de vivir que los seres humanos adoptamos en nuestra cotidianeidad, que a su vez supone una singular práctica lingüística y cultural, constituye un fenómeno que emerge de la relación recursiva que se da entre el cerebro, el cuerpo y el entorno material y social en el que nos encontramos. El enfoque de la cognición distribuida, pretende constituirse en un modelo teórico que permita explicar esta clase de fenómenos, propios de una mente “escurridiza”, como señala Clark, que se escapa y se mezcla constantemente con el cuerpo y el mundo.

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