sábado, 4 de abril de 2009

Fases en la realización de un proyecto
Aunque cada tipo de proyecto plantea etapas
particulares en su desarrollo, podemos señalar
algunas fases genéricas presentes habitualmente
en un trabajo de investigación, cualquiera que
sea su naturaleza. En síntesis, son las fases de
preparación, desarrollo y comunicación.
En la fase de preparación se realizan las primeras
conversaciones e intercambios que plantean
un posible tema de proyecto y lo van perfilando.
También pertenecen a ella los momentos ya más
precisos de planificación infantil, cuando se
especifican el asunto, el propósito, las posibles
actividades a desarrollar y los recursos necesarios.
La fase de comunicación a veces se olvida, o
bien se vuelve rutinaria en una breve exposición
oral ante los compañeros. Es importante valorar
esta fase, tan relevante en toda investigación, y
ofrecer diversos cauces para la misma, variables
según circunstancias e inclinaciones de cada
equipo. Algunos autores (véase, por ejemplo,
Gethins, 1990) diferencian entre la puesta en
común, una sencilla comunicación a los compañeros
de los resultados de un proyecto, y
otra denominada presentación/celebración, que
implica una comunicación más allá de la clase,
con mayor amplitud y diversidad de mecanismos,
utilizando medios que pueden ser desde
poemas y canciones hasta carteles, modelos o
grabaciones.
Comunicar la investigación realizada no
es sólo una acción hacia afuera sino también
hacia adentro, en el sentido de que ayuda a los
niños a poner más en orden sus pensamientos
y a completar y perfeccionar las reflexiones ya
hechas. La expresión escrita y/o gráfica de resultados,
las exposiciones orales organizadas y
otras vías de comunicación, representan niveles
más formales y exigentes de manifestación de
ideas y observaciones. Por otra parte, el diálogo
con los interlocutores permite avanzar aún más
en ese proceso. Al comunicar los resultados a
otros se da pie también a la evaluación externa
del trabajo, paso beneficioso porque ayuda a
laborar con rigor y atención y se ofrece retroalimentación
útil.
En efecto, tratando de resolver los problemas
de sus investigaciones, los niños se plantean la
necesidad de saber más, lo que les estimula a
la consulta de textos e impresos, a la conversación
con expertos, a la discusión con docentes
y compañeros, a la reflexión, a la observación,
a la experimentación y a la acción práctica:
• Van abriendo nuevos horizontes y planteando
nuevas exigencias a los estudiantes.
La respuesta a una pregunta desencadena
nuevas preguntas. El logro de una habilidad
mueve al niño a subir el listón y a proponerse
alcanzar otras habilidades más exigentes.
• Acumulan energía por el interés de los niños
y niñas, se autopropulsan.
• Producen en los niños y niñas la satisfacción
de conducir su propio trabajo, de participar
y de lograr objetivos. Ello puede ir creando
espirales positivas de desarrollo cultural y
afectivo-personal (Hayes, 1990).
• Exigen el dominio de importantes habilidades
Proyectos de diferente tipo fomentan
aptitudes distintas, pero de manera genérica
podemos mencionar: el manejo de diversas
fuentes de información, la realización de
planes, la autoevaluación, la participación
en grupos autónomos de trabajo y la comunicación
efectiva usando variados medios
y lenguajes.
• Propician alcanzar actitudes y valores positivos.
Entre los más importantes pueden
destacarse: la responsabilidad, la reflexión,
el espíritu crítico y la rigurosidad en el trabajo.
• Estimulan a los niños a hacerse preguntas
sobre el mundo en que viven, sin tomarlo
como algo ya conocido.
• Propician el fortalecimiento de capacidades
metacognitivas: capacidades de guiar,
regular y favorecer los propios procesos de
aprendizaje.
• Fomentan el aprendizaje cooperativo, con
sus beneficios en términos cognitivos, socioafectivos
y morales
• Permiten el compromiso físico de los niños y
las niñas, vinculado con la acción intelectual:
a acrecentar y a diversificar los intereses infantiles,
gracias a las experiencias que proponga
y a los recursos que acerque al alcance de sus
manos. Recordemos que más allá del aula los
niños no viven espontáneamente, sino que sobre
ellos actúan, no siempre de manera positiva,
diversos factores y ámbitos sociales: la televisión,
el barrio, la familia…

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