jueves, 16 de abril de 2009

Según estas tendencias el pensamiento formal, una vez alcanzadas
las
estructuras fundamentales y sin importar los contenidos, es capaz de
permitir el acceso a la comprensión de cualquier concepto científico.
Los contenidos específicos de cada disciplina dejan de tener sentido
en sí mismos, para convertirse
en un vehículo que permite alcanzar el
pensamiento formal. Las posturas más radicales en esta línea plantean
que todas las disciplinas deberían encaminarse
a enseñar a pensar
formalmente, con independencia del contenido; es decir, a dominar el
método científico, los procesos de la Ciencia.
Durante los años 70 proliferaron los proyectos de enseñanza de las
Ciencias basados en la enseñanza por descubrimiento autónomo y la
metodología
de los procesos, así como también los proyectos de Ciencias
integradas,
orientaciones
que hoy la investigación didáctica ha hecho
evolucionar hacia formas más dirigidas y con un grado de integración
conceptual menor. Igualmente estas tendencias suelen observarse
aún en muchos diseños curriculares referidos a la enseñanza primaria.
Las implicancias didácticas de este enfoque son bien claras: debe permitirse
que el niño y el joven descubran por sí mismos los diversos conceptos

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